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Con el poder de su firma


GABRIEL GARCÍA-MÁRQUEZ
SENTIDO COMÚN

La desesperación de los bancos por colocar sus tarjetas de crédito entre los consumidores los ha orillado a realizar una intensa campaña vía telefónica que no tiene precedentes. Un día sí y el otro también recibimos llamadas de Banamex o de HSBC para ofrecernos una tarjeta bancaria, aun cuando la respuesta haya sido negativa una y otra vez.
Como siempre ofrecen las perlas de la virgen con el fin de convencer al prospecto de sus bondades, entre las que se cuentan cobrar los intereses más bajos del mercado y no cobrar anualidad los primeros años.
Ahora, Banorte no se ha querido quedar atrás y se lanza con todo ofreciendo una tarjeta bancaria tramitada desde el celular, sin necesidad de acudir a una sucursal bancaria, simplificando el acceso a todos los servicios.
Banorte quiere conquistar el mercado y por ser el único banco de capital nacional se pone a disposición de los clientes a través de una aplicación móvil, que le servirá para elegir la tarjeta que mejor le convenga. Luego de ser aprobada se la enviarán a su domicilio o a la sucursal que el cliente elija.
Por supuesto que hacen un análisis crediticio del cliente para proceder a la aprobación o negación del plástico, de la misma manera como se estila hacerlo en su banco. El cliente solamente estará obligado a acudir a una sucursal si su identificación oficial o el comprobante de domicilio no están actualizados.
Lo que pretende Banorte es eliminar tanta tramitología y facilitarles a sus clientes el acceso a sus servicios, de esta manera busca tener más clientela y seguramente tener menos personal en las sucursales, lo que le significará un gran ahorro al que se autodefine como “el banco más fuerte de México”.
Muchos quisieran tener una tarjeta de crédito, pero también muchos desearían no haberla tenido nunca, porque si antes les llamaban todos los días para ofrecerles una tarjeta, ahora las llamadas son para exigir los pagos vencidos que al paso del tiempo se vuelven impagables.
Es toda una disciplina saber administrar una tarjeta de crédito y si es difícil obtenerla, es más difícil estar al corriente con los pagos, así que antes de solicitarla tome en cuenta los siguientes riesgos que se corren y que debe evitar: Pagar todo o casi todo con la tarjeta de crédito, no comparar antes de pagar, no mantener sus pagos al corriente, retirar dinero en efectivo de su tarjeta, no revisar los términos de las promociones de la tarjeta de crédito o excederse en compras a meses sin intereses.
Los expertos recomiendan al tarjetahabiente sujetarse a las siguientes reglas: No pedir prestado más del 20 % de sus ingresos anuales netos, mantener la deuda con la tarjeta de crédito de manera que los pagos requeridos no excedan del 10% de sus ingresos mensuales. Pero ¿Quién se resiste a una buena promoción de meses sin intereses o a los descuentos de una venta nocturna?
Así no se arriesgue, evite lo más que pueda aceptar la tarjeta de crédito que le ofrecen, a menos que sea estrictamente necesario contratarla, porque el poder de su firma le puede quitar el sueño y llevarlo al buró de crédito irremediablemente.
Una frase lo perseguirá todos los días, inclusive los domingos “¿Cuándo contamos con su pago?”

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