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Un nuevo paisaje marino


No cabe duda que el mejor lugar para caminar en Coatzacoalcos es el Paseo de las Escolleras, que es como una extensa pasarela de casi un kilómetro de largo que separa al mar del cauce del río y facilita la entrada de los barcos petroleros y graneleros al puerto. Todos los días, especialmente por las mañanas, quienes gustan de la caminata recorren este paseo rodeado de enormes rocas y trípodes hasta la punta donde se encuentra el faro.
Al amanecer desde ahí se ven bellos paisajes con lanchas de pescadores que se adentran en el mar para tirar sus redes; sobre las enormes rocas los aficionados a la pesca tiran el anzuelo al mar, mientras parvadas de pelícanos sobrevuelan la bocana también para ver qué logran pescar para alimentarse.
Docenas de gatos de todos los colores viven entre las rocas y se alimentan con los restos de pescado que van dejando los pescadores, además del alimento que los amantes de las mascotas les llevan por puñados cada mañana.
Los pelícanos descansan sobre las rocas y algunos se posan sobre los vestigios del barco El Callao, hundido hace ya muchos años y que según esté la marea logra asomarse sobre las olas.
Desde las escolleras se ve la ciudad, pero también se ve la imponente entrada de los buques que llegan todos los días al puerto más importante del sur de Veracruz.
Cada mañana el paisaje es distinto, nunca es igual uno al otro, aun cuando los elementos sean los mismos. El mismo sol, el mismo faro y la misma actividad todos los días. Sin embargo, ahora nos sorprende un nuevo elemento frente a las costas de Coatzacoalcos; justo frente a Villa Allende como emergiendo del mar, se encuentra una plataforma petrolera que desde hace varias semanas ha cambiado el paisaje del golfo.
Algunos porteños ya se han acostumbrado a ver esta enorme estructura, pero la mayoría ni siquiera se ha enterado de que esta moderna plataforma está aquí, donde se trabaja día y noche explorando el subsuelo marino en busca de petróleo.
Es impresionante ver como en la madrugada el sol naciente va iluminando la plataforma, mientras el cielo se va pintando de un rojo intenso creando un paisaje digno de fotografiarse. Después de las siete de la mañana, el sol emerge como un enorme círculo que va adquiriendo todos los tonos de rojo que uno pueda imaginar.
De manera que el Paseo de las Escolleras se ha convertido en una nueva escenografía, que atrae a quienes gustan de la caminata matutina y recorren extasiados la bocana del río Coatzacoalcos, donde si corremos con suerte encontrarán un yacimiento de oro negro en el fondo del océano, que ojalá no nada más se beneficie Pemex, sino que también genere beneficios económicos a la región, pero especialmente a Coatza.
Mientras esto sucede y la plataforma marina cumple su función, hay que disfrutar el paisaje de este sitio excepcional que muchos ya quisieran tener en otros lares y que la mayoría de nosotros desaprovechamos.

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