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Entre la amenaza y la advertencia

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Hace apenas hace  unos días, en las redes sociales, de Xalapa, alguien o algunas personas convocaron a lo que sería una “Marcha No Pacífica” contra el encierro, la sana distancia y todos los protocolos, considerados por las autoridades, para evitar la propagación virulenta del Coronavirus, que está en uno de los picos más elevados y que ubica a Veracruz como una entidad con mayor contagio.

Los convocantes anónimos, presuntamente, propietarios de bares, cantinas, antros, hoteles, moteles y, quizás, algún otro rubro considerando de esparcimiento y recreación con horario nocturno y venta de bebidas alcohólicas en una inusual convocatoria, a través de internet, se supo de los fines y alcances que tendría, esa protesta, principalmente presionar a la autoridades a levantar el encierro; la luz del Semáforo COVID-19 estaba en Naranja y mucha población en la calle, lo que provocó la suspicacia para que esos giros comerciales “pidieran” la autorización para la apertura de esos negocios, a través de la “Marcha no Pacifica”

La ocurrencia de quien o quienes promueven, con información diaria, sobre la marcha, pusieron hora y fecha y, bajo la permisibilidad (usos y costumbres) que, aparentemente ha cedido el estado a otras protestas y manifestaciones con destrozos y daños a los comercios, dependencias, iglesias y casas, los convocantes decidieron calificar su protesta y manifestación como una  Marcha NO PACIFICA a ver si así les hacen caso.

Obviamente, se sobrentiende, que algunos comerciantes han entrado en crisis, porque en más de tres meses de cierre, los gastos fijos luz, agua, impuestos, nómina y otros gastos inherentes al negocio empiezan a poner a  los dueños en situación de quiebra ante la ausencia de ingresos para solventar la actividad comercial.

Seguramente a algunos comerciantes de otros giros les llamó la atención dicha convocatoria ya que se han manifestado meseros, taxistas, vendedores ambulantes, músicos y otro negociantes que dependen del ingreso diario de su actividad comercial, sin embargo, el riesgo de retar a la autoridad es un riesgo que conlleva a generar delitos que no quedan impunes y luego, luego, hubo deslindes de los comerciantes establecidos como los CANACOS y COPARMEX, que negaron participación en la marcha.

La Marcha no Pacífica fue causando expectación día a día, la amenaza de los “propietarios, empleados y seguidores” de los antros, cantinas, bares, etcétera, generó temor en las tiendas y comercios que ya en una pasada manifestación, del 08 de junio, donde aparecieron los “Anarquistas” que dañaron inmuebles, iglesias, bancos, hoteles, comercios y vandalizaron todo lo que se encontraban a su paso, provocó que se resguardarán y se blindarán contra cualquier acto de violencia que pudiera darse por los manifestantes.

La amenaza de la marcha no pacífica por su propia connotación se presume que la protesta implicaría agresión a los inmuebles, con el conque, de no pasa nada la agresión se vuelve unilateral y más que manifestación e vuelve un acto que visibilizar el poderío de quienes manda a su esbirros a cometer fechorías, mientras los verdaderos autores materiales se quedan en el anonimato, ocultos y festejando las debilidades de las autoridades, ante el enojo de los ciudadanos, pero, esta vez no fue así.

El 08 de junio la ciudad sufrió un de los ataques más feroces disfrazados de una manifestación “pacifica” que se salió de control y la marcha de tranquila se volvió una tolvanera invadida por personajes autonombrados grupos anarquistas que arremetieron con tal violencia contra los inmuebles que el objeto de la manifestaciones quedó diluido y rebasado por los encapuchados.

Los agresores portando martillos, palos y botes de aerosol, partieron del Teatro del Estado al centro de Xalapa arremetieron contra negocios, oficinas de medios de comunicación, bancos, iglesias y las letras turísticas de Xalapa que las autoridades acababan de instalar en la plaza Lerdo de Tejada, quedaron reducidas a pedazos luego de la manifestación.

Los sujetos infiltrados en la marcha pacífica de amigos y familiares del joven Carlos Andrés Navarro, quien fue entregado muerto a sus familiares, tras ser detenido y recluido en el cuartel San José de la Secretaría de Seguridad Pública, perdió la esencia de justicia que intentaban para su compañero, amigos y familiares.

La protesta contra los excesos policiacos en las detenciones quedó opacado por la violencia y agresiones ejercidas por los encapuchados que aparte de agredir con pintas y destrozos los edificios pretendieron, en algunos momentos, agredir a los reporteros con aerosoles y prenderles fuego.

La policía humillada se replegó a observar los desmanes, los comerciantes se escondieron y se cansaron de pedir ayuda a la policía para detener los destrozos pero sólo hubo silencio, la opinión pública ofendida se escondió para no resultar víctima de las agresiones y la autoridad policial sólo observaba los acontecimientos

LA ADVERTENCIA

Obviamente los resultados al siguiente día de la marcha violenta del 08 de junio, las descalificaciones para los involucrados fueron mayúsculos y recayeron definitivamente sobre los encargados de la gobernabilidad y la Seguridad Pública por no actuar en un verdadero acto de provocación y agresión, si queremos aligerar el término, donde los “pacíficos” se convirtieron en vándalos y con toda impunidad doblegaron a las instituciones que son garantes del orden.

Acaso salieron a retar a los cuerpos policiacos, a medir fuerzas entre delincuencia y autoridad, acaso para calcular la paciencia del Estado o a exhibir el crecimiento de estos sujetos oportunistas que, poco a poco, en cada manifestación se infiltran con mayor fortaleza contra las autoridades para hacerles quedar como instituciones ineficientes, de poco compromiso con la sociedad y que parece que estaban ganado en ese punto.

Afortunadamente, los deslindes de los comerciantes establecidos y afiliados a las cámaras de comercio y patronales, que desconocieron, oportunamente, participar en esa convocatoria violenta, obligó a las autoridades a ejercer la potestad de controlar el orden, proteger a la ciudadanía, a los comercios y al propio estado de derecho ejerciendo la fuerza pública.

La ciudad se preparó, el comerció se preparó, las autoridades se prepararon para enfrentar y, en su caso detener y castigar a los agresores, hubo tal advertencia no escrita de que la violencia será castigada, que los airosos manifestantes violentos y presuntuosos en las redes sociales, decidieron no ir y todo quedó como Fake News o en otros tiempo como un “borrego” nada más.

Las opiniones, como siempre, a favor y en contra de los Actos de Gobierno ¿usted qué opina?

fl.carranco@gmail.com

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